Mis Veinte Centavos
Cuenta esta historia real, que anoché salí de mi casa rumbo a la facultad, como cada lunes.
Mientras bajaba en el ascensor del edificio donde vivo (cosa curiosa bajar en un ascensor) metí la mano en el bolsillo de mi campera y saqué 20 centavos que allí se encontraban.
El simple pensamiento que se cruzó por mi cabeza fue: "¿Para qué $%·%@%"#@~ necesito veinte centavos en este momento?" e inmediatamente procedí a guardarlos en mi billetera.
Cuenta también esta historia real, que cada lunes, cuando salgo camino a la facultad programo mi videocasetera (o VCR o simplemente "la video") para grabar el capítulo de "24" que se emite mientras estoy en mi clase de Matemática para Economistas.
Pero por esas casualidades de la vida (o mejor dicho, por quedarme chateando hasta el último minuto posible), anoche me olvidé de programar el susodicho aparato.
Cuestión que a mitad de camino me avivo de la omisión y rápidamente pienso en llamar a mi padre para que me grabe la serie. Lo curioso de todo esto es que una llamada local desde un teléfono público en Buenos Aires cuesta nada más ni nada menos que... 20 centavos. Aquellos que desprecié y encerré en una prisión de cuero y tela fueron los que me ayudaron a no perderme un capítulo de mi serie favorita.
Como corolario del hecho, volví a mi casa en colectivo (u ómnibus, autobús o simplemente "bondi"). El pasaje del mismo me costó 80 centavos y luego de su pago con una moneda de un peso llegaron en el bolsillo de mi campera nada más ni nada menos que... 20 centavos.
Ahora bien, no sé para qué voy a usar esos veinte centavos, lo que sí sé es que mejor los dejo en el bolsillo de mi campera hasta que los necesite.
Moraleja: Nunca salgan sin sus veinte centavos!
1 comentario
Brisa -
Por cierto me apunto "bondi"
Saluditos y feliz día!!!