Historia
Él venía caminando por la calle, como todos los días al volver de su trabajo, casi de noche.
Muchas veces tenía la mala costumbre de ir mirando el suelo, pero otras veces le gustaba observar todo a su alrededor, sobre todo la gente.
Sin embargo, no era una persona dada a conversar con toda esa gente. Nunca hablaba con gente desconocida. Le bastaba con observarlos de vez en cuando. Y también dejarse observar... claro, de vez en cuando...
No podía decir que tenía relación con los vecinos de su barrio pero tampoco le eran extraños.
Pasó por la heladería. Se permitió observar a la señora que atendía. En ese preciso instante, ella lo observó.
-Buenas noches, joven.
-¿Cómo le va, señora?
-Bien, con salud afortunadamente.
-¿Cómo anda el negocio?
-Y... aquí, más o menos... espero que ahora venga el calor y repunte un poco. ¿Y usted?
-Bien, trabajando duro... un poco fatigado nomás...
-Bueno, no lo entretengo, vaya nomás.
-Adiós doña Carmen.
-Adiós Germán.
Se conocían de toda la vida.
2 comentarios
Brisa -
Juglar -